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Somos Uruguay Revista consultó a Alexis y Federico Schol, de CampoClaro, una de las empresas pioneras en productos orgánicos en el país, con una trayectoria de varios años en el mercado

El emprendimiento surgió a fines de los 90, cuando comenzaron a trabajar con una cooperativa de mujeres rurales de la zona noreste de Canelones, que cultivaban hierbas aromáticas de forma orgánica, es decir, sin utilizar en el proceso productos agroquímicos, conservantes y colorantes, entre otros.

Según cuentan, había mucho entusiasmo en los inicios pero también dificultades, porque no se conocía el concepto de orgánico en la plaza local. Con los años eso se fue revirtiendo y hoy por hoy existen en los supermercados góndolas específicas para este tipo de productos.

¿Cómo fueron esos comienzos? ¿Cómo fue el proceso de aceptación de los productos por parte del consumidor?

ALEXIS: Los inicios fueron complicados porque había mucho desconocimiento del tema orgánico. El producto iba a las góndolas, y a veces volvía por falta de rotación, y porque además tenía un precio diferenciado con respecto al producto convencional. No se podía competir con un orégano convencional que venía de Turquía o de Chile, frente a un producto orgánico, secado al sol de forma natural en Uruguay.

Pero así comenzamos, con unas 30 hierbas aromáticas orgánicas. Teníamos más productos, pero cuando vino la crisis del 2002 hicimos un replanteo y achicamos el mix de producción para hacerla más eficiente, y eso mejoró mucho las condiciones económicas para la cooperativa y para nosotros; por los costos logísticos y las pérdidas que teníamos por productos que no podíamos vender, por falta de concepto en el consumidor. Afortunadamente eso fue variando y cambiando. Y nosotros fuimos en ese sentido difundiendo lo que hacíamos a la opinión pública, a través de entrevistas de parte de medios interesados en nuestro proyecto y en el de las mujeres rurales, y eso ayudó.

FEDERICO: Inicialmente fue una tarea bastante ardua el poder dar a conocer el concepto de “orgánico”, ya que en el año 2000 muy poca gente estaba informada acerca de las virtudes, o de las condiciones que cumplía un producto al ser orgánico. Eso pasaba tanto a nivel de los consumidores como de los dueños de las tiendas o supermercados que ofrecían los productos. Pero con el tiempo, con el boca a boca, con información y la tendencia que había en la búsqueda de productos naturales se fue poco a poco dando a conocer el concepto de orgánico, y por ende también el aumento de la demanda.

¿Cómo fue el proceso de diversificar esa producción?

ALEXIS: Eso fue a partir del año 2004, 2005, cuando el Uruguay comenzó a tener algún grado de recuperación después de la crisis. Primero empezamos a producir más productos nacionales en clave orgánica, como es el caso de la miel, o de las salsas de tomate (los productores de tomate eran los esposos de las mujeres que tenían los predios certificados).

En esto tuvimos un gran apoyo por parte de la Red de Agroecología, que es la que certifica la producción nacional. Allí tengo que nombrar al ingeniero Alberto Gómez, que fue siempre un pionero y un gran apoyo para productores y comercializadores-facilitadores del negocio, como nosotros.

FEDERICO: La información sobre productos orgánicos y su oferta ha tenido un proceso que ha sido gradual, pero ha venido evolucionando. Estos productos con valor agregado son buscados ahora por cualquier persona que quiere mejorar su salud alimentaria. Desde hace cuatro años ha habido una tendencia muy fuerte de demanda y de apertura de varios puntos de venta en grandes superficies, como por ejemplo góndolas destinadas a productos saludables. Antes eso no existía.

Además, el deterioro del ecosistema en todo el planeta, por toda la información que llega en cuanto a productos transgénicos que han sido alterados por hormonas, ha llevado a la búsqueda de productos alternativos que condicen con la sustentabilidad del medioambiente y con la mejora de la salud alimenticia. Esto a base de la cualidad de los productos en sí mismos por sus beneficios naturales, y también por un tema de conciencia colectiva que tiene que ver con el consumo y el cuidado del medioambiente.

Pero además hay gente que está dispuesta a pagar esa diferencia en el precio, que hoy por hoy lo hace de manera consciente.

ALEXIS: El producto orgánico está eximido de todo tipo de ingredientes que le mejoran la productividad, por lo que su rendimiento por hectárea es más bajo que un producto convencional, pero tiene la ventaja de que es más saludable. Nosotros tenemos un eslogan que dice: “Usted cuando consume productos orgánicos está ayudando a generar una cadena sostenible, sustentable y amigable con el medioambiente”.

A esto se suma que en los últimos años ha habido una sensibilización de las nuevas generaciones con el tema medioambiental. Basta fijarse lo que pasó hace unos meses con el tema de la quema sobre el Amazonas y el humo sobre Montevideo. Eso es un fenómeno que no se podía imaginar diez años atrás. Y las cianobacterias en las playas por el calentamiento de las aguas, o la producción de plásticos. Todos esos temas que sensibilizaron al consumidor van en beneficio de los productos de las características que nosotros intentamos distribuir en el mercado uruguayo.

Ustedes también importan algunos productos desde la región. ¿Cómo impacta esto al país?

ALEXIS: Acá tenemos un concepto de Uruguay Natural, un sello del país, pero es muy incipiente. Las cadenas de producción todavía son muy débiles, más allá de los esfuerzos sectoriales que se hacen por parte de algunos organismos del Estado y de las intendencias en fomentar la producción orgánica. Y también hay algunos temas que son climatológicos: Uruguay no produce azúcar, café o yerba orgánica porque no está dentro de la latitud para poder hacerlo. La región sí lo hace, y exporta al mundo, y nosotros hemos tratado de trabajar con cooperativas cuando lo hacemos con gente de afuera. Uruguay incluso no produce arroz orgánico aún, aunque hay productores que están haciendo el intento para lograr la certificación.

También hay otros desafíos que tiene CampoClaro como empresa, que pasan por tener un negocio inclusivo, sustentable. ¿Cómo son estos compromisos?

ALEXIS: En realidad nosotros no somos grandes “marketineros”, nunca pensamos en sacar bandera con este tema, pero desde el inicio nos hemos caracterizado por trabajar en generar una cadena de valor sustentable, en la que incorporamos el concepto de comercio inclusivo, y lo llevamos a la práctica. No lo discurseamos, sino que lo aplicamos. De hecho, el productor, cuando produce, sabe que se le va a pagar un precio justo. El generar vínculos sanos y duraderos, de confianza mutua, le ha dado una fortaleza estructural al negocio.

¿Es posible aumentar la producción de orgánicos en Uruguay? ¿Cuáles son las trabas, las dificultades?

ALEXIS: Hay un tema de gobernanza, hay un tema de diseño país. Hacen falta políticas de Estado. Los elencos gobernantes no han logrado poner el foco para generar políticas de incentivo a la producción orgánica. Los productores orgánicos, por lo general, son pequeños, minifundistas, que necesitan de apoyo económico, tecnológico, de algunos incentivos que deberían ser diseñados desde la academia, desde las estructuras de los organismos vinculados al área de la producción, como el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, o la Dirección Nacional de Medio Ambiente.

Uruguay en realidad se ha caracterizado por aumentar el conjunto de eventos transgénicos. Desde hace años viene permitiendo y dando más licencias para nuevos eventos transgénicos en distintos granos, y eso va a contramano de lo nuestro. Debería de haber también protecciones para el mundo de los productores orgánicos. Fijate que en Uruguay, por ejemplo, producir maíz no transgénico es un drama. Nosotros lo hicimos, logramos tener un predio que fuera no transgénico, y a los 1.500 metros otro predio fue polinizado por el maíz transgénico; y cuando hicimos el análisis, no lo pudimos comercializar como orgánico. Eso fue en Canelones. Capaz que lo puedo lograr en algún otro punto del país más lejano, pero el traslado ya me insume más costos.

Uruguay tiene potencialidad para aumentar la producción orgánica; lo que sucede es que hay que generar cadenas sustentables, de confiabilidad y en las que tiene que haber un desarrollo interinstitucional que pueda unificar y generar incentivos. En la economía, dos más dos son cuatro. O sea que ningún productor se va a negar a trabajar con orgánicos si sabe que sus productos pueden ser vendidos. El tema es que, por un lado, estamos en un desarrollo incipiente y, por otro, el Estado no ha logrado todavía hacer pie en la construcción de una certificación internacional que permita poder tener excedentes exportables. Eso va por cuenta de los privados que tratamos de hacerlo.

FEDERICO: Yo creo que el proyecto en sí mismo ha sido bastante complicado, en cuanto a que se necesita gente informada sobre el mundo orgánico y las reglas que lo rigen.

Yo lo que sí veo es que debería haber un apoyo a nivel del Estado, y no tanto de los privados, para poder lograr eso. Uruguay tiene muy buenas condiciones para poder desarrollar y hacer una oferta exportable de orgánicos con valor agregado.

¿Hoy por hoy Uruguay está exportando productos orgánicos?

FEDERICO: Que yo sepa, solo se ha exportado carne orgánica. En algún momento también se ha exportado miel orgánica a granel, por lo que el valor agregado queda en el destino. A nivel de producto fraccionado, no hay. El negocio de los europeos o los estadounidenses es importar a granel, fraccionar ellos y así quedarse con el valor agregado. Acá debería suceder a la inversa.

Nosotros estamos trabajando en un proyecto a futuro para poder lograr eso, pero es un tema que aún es incipiente. Es complejo, ya que implica armar un clúster de productores orgánicos, entre otros puntos. Pero a nivel macro creo que debería ser parte de una política de Estado y no solamente de un impulso de empresas privadas.

¿Ustedes, como empresa líder en el sector, se sienten referentes para asesorar a otros emprendimientos similares, para poder fortalecer esta cadena productiva?

ALEXIS: Por supuesto que estamos dispuestos a abrir las puertas y brindar cualquier tipo de información para quienes estén en esta misma dirección desde el punto de vista de producción orgánica. Lo que sucede es que nosotros no somos técnicos, sino facilitadores en este tipo de emprendimientos. Igualmente siempre tenemos una actitud colaborativa y estamos a las órdenes para dar consejos, para ayudar. No nos sentimos prontos como para generar una asesoría, sería muy pretensioso de nuestra parte. Pero por supuesto que pensamos que se deberían generar asesorías para la producción orgánica en Uruguay, que faciliten la incorporación de circuitos de productores por región, para poder generar clústers y llenar los volúmenes de exportación.

Hoy tenemos el problema de la escala y el de costos de producción, que no es menor en Uruguay (los impuestos, el valor del flete, el costo de la energía, etcétera).

Se necesita un mayor apalancamiento de parte del Estado hacia la producción orgánica, como pasa en otros países. Yo no pienso que el Estado tenga que ser el padre de todos los emprendimientos ni mucho menos, al revés. En ese sentido, mi posición personal es que el Estado tiene que tener un apoyo crítico y medido, pero un apoyo al fin. Por ejemplo, los insumos para la producción orgánica no deberían tener impuestos. Desde el punto de vista de las políticas de Estado, deberían existir políticas focalizadas para el incentivo de la producción orgánica, como en otros países.

¿Comer con aceite de oliva es mucho mejor que con cualquier otro aceite? La respuesta es contundente: Sí. No es un capricho. Porque la calidad se impone. Porque es sano. Porque su gusto enaltece y privilegia el paladar. Uruguay está entre los 10 mayores productores de aceite de oliva del mundo. Detrás, el trabajo serio de una industria que debe invertir mucho para obtener resultados. Y cuyos impulsores no deben perder jamás de vista que es un trabajo artesanal, fino, delicado. Como lo hace, a la vuelta del Salto del Penitente, la empresa Don Alejandro. Su director, Nicolás Opertti, nos recibió para introducirnos en el fascinante mundo del aceite de oliva

“El Aceite de Oliva es el principal producto del Olivo, la grasa vegetal comestible más saludable, esencia de la dieta mediterránea, con propiedades para la salud. En su máxima expresión de calidad, el Aceite de Oliva Virgen Extra es el resultado de un trabajo muy cuidadoso de cultivo y un proceso puramente mecánico de extracción”, cuenta el sitio español Esencia de Olivo. En el sur de España, la tierra está dibujada y coloreada por olivos, es una tradición. Hace ya varios años lo es en Uruguay también. Don Alejandro es ejemplo de esa permanente búsqueda de la refinación.

Tan rica es la historia de la oliva como la de los humanos. Hay quienes afirman que casi nacieron juntos. Debate de otra crónica. Nos detenemos en la forma de operar y producir de Don Alejandro. Es una empresa 100 % familiar: “Está formada por mi padre, mi madre, mi hermano y yo. Con mi hermano nos dedicamos a la producción y venta. Él vive en Lavalleja, encargado de la producción, y yo en Montevideo, haciendo la venta. Mi padre es el director y mi madre está siempre”, explica con una sonrisa satisfecha Nicolás Opertti, sommelier de aceite de oliva y a cargo de la tarea diaria de hacer llegar un producto de alta calidad y poco tiraje. El objetivo es apostar por mantener en el cielo la sensación de que el aceite de oliva es un producto sano. En sus primeros 11 años, estos olivos “relativamente jóvenes” crecen y dan fruto en un ambiente de fusión de diferentes elementos, el trabajo preciso de Alejandro Opertti. Quien inspiró y da nombre a este aceite es quien ha creado una atmósfera específica en el establecimiento Los Porfiados. Su hijo explica que para su papá empezó hace mucho el trabajo en el campo: “Lanares en el ochenta y pico. Luego en Soca fue ampliando las cosas: ganadería, después forestación y otros rubros. En un momento compró este establecimiento, que es el centro logístico de los otros establecimientos, de la parte forestal y la ganadera. En el Penitente son 150 hectáreas. Hay 15.000 árboles”.

Para Nicolás, Don Alejandro se caracteriza por una diferenciación importante con otros productores para lograr óptima calidad en el producto final, el que llega al gusto del consumidor: “Usamos animales, lanares, vacunos y equinos para que coman la maleza competitiva, para evitar agroquímicos. Hay una comida particular, que es trébol rojo, trébol blanco, lotus y regras, que se siembra entre los olivos, que están a siete y cinco metros (siete las filas y cinco los olivos). Allí se ponen esos pastos y luego se agrega a los animales (lanares, vacunos y equinos). Ellos comen esa comida, la parte ganadera para engordar, y comen las malezas que compiten con el olivo”. Otro distintivo de esta empresa, que trabaja con un método artesanal marcado, es el sistema de riego por microgoteo. “Tenemos una represa desde donde se bombea el agua a nivel subterráneo hasta un galpón, y luego por la misma vía a los olivos. Son 40 litros por día. Previamente se hacen análisis foliares que determinan los macro y los micronutrientes que necesita la plantación para que la fruta se desarrolle con las mejores propiedades organolépticas: el sabor, el aroma, el gusto”, detalla Nicolás, quien no solo busca tener una sólida estrategia de venta; también vende al público en el lugar que mejor puede presentar este producto: en la tienda que queda sobre la ruta, en la entrada al establecimiento en la sierra lindera al Penitente. Ese lugar no fue elegido al azar. Se encuentra en un punto que tiene similitudes geográficas con el mar Mediterráneo. Está próximo a la costa, tiene una altura similar y tiene unos suelos con drenaje del mismo tipo. Hay un microclima especial que se asemeja al de aquella zona europea. Por eso también Don Alejandro “elabora fruta de alta calidad”.

Una historia épica

“El uso de aceites vegetales en la vida cotidiana, tanto su uso gastronómico como religioso, u otras aplicaciones habituales, acompañó a la humanidad desde tiempos inmemoriales, empleado como combustible en la iluminación de los templos religiosos. Se sospecha que las primeras plantaciones se realizaron en la extensa área que va desde Siria a Canaán (desde el V milenio a. C. hasta comienzos del III milenio a. C.). Se cree que quizás naciera su uso con la agricultura, no obstante se conocen usos del árbol del olivo en el Paleolítico Superior (12.00 ac.)”, informa www.oleodiel.com, uno de los sitios que transmite con seriedad información sobre el aceite de oliva, venerado desde los primeros tiempos del hombre sobre la tierra.

Y no es casualidad que se lo siga considerando vital, esencialmente en la amplitud sin fronteras del mundo gastronómico. En las Sierras de Minas, cerca del Salto del Penitente, vive hace más de una década Don Alejandro. Empresa familiar, artesana, que va detrás de los pasos de un hombre que ama la tierra y sus posibilidades, y hace convivir todos sus proyectos agropecuarios, sustentado por una ética intachable sobre la calidad de lo que se crea y luego se consume. No es un detalle menor para una familia que sabe que para producir aceita extra virgen de oliva hay que apostar a la calidad en detrimento de la cantidad. Así debe ser para que el producto obtenga las estrellas que el consumidor merece y, muchas veces, no demanda.

¿De dónde viene?

“El aceite de oliva es un producto vivo. A medida que pasa el tiempo baja la calidad. Cuando uno compra en un supermercado un producto de Italia, España o Grecia, que son los principales productores de oliva del mundo, pasa que ya no es de mayor calidad, porque el mejor se queda en Europa. Lo de menor calidad lo exportan; viene en contenedores que pasan por el Ecuador con temperaturas superiores a los 40 grados. Llega acá y el producto está deteriorado”, enfatiza Nicolás. El aceite de oliva se corrompe con el calor y la luz. Pero es un producto que ha acompañado buena parte del desarrollo de la humanidad.

Como todo, desde el advenimiento invasivo de miles de fuentes de información se establecen muchos orígenes del primer uso y producción del codiciado aceite de oliva. “El origen de la producción de aceite de oliva hay que buscarlo en las costas del levante mediterráneo, en toda la región sirio-canaanita, actualmente Siria, Líbano, Palestina e Israel. En Egipto, donde se inició el cultivo del olivo hacia el 2.000 A.C., se comenzó a usar el aceite de oliva con fines cosméticos, ya los egipcios apuntaban a Isis como la diosa que enseñó a los hombres el cultivo del olivo”, explica el sitio OleoDiel, y pone a los pueblos que veneraban faraones como los que empezaron a “comercializar el aceite de oliva. En el interior de las cámaras funerarias pueden verse representadas vasijas y ánforas con aceite de oliva. Pronto se extendería al mediterráneo, siendo parte integrante de la trilogía: pan, vino, aceite”.


Dedicarse a producir aceite de oliva lleva años, pero el olivo es un árbol que perdura y trasunta las épocas. “La producción oleícola no llegó con los griegos, sino a mediados del II milenio a. C. a través de la conquista micénica de Creta (donde se documenta la producción de aceite y su uso ritual desde el período minoico antiguo). En el origen mítico de Atenas, el olivo desempeña un papel fundamental, pues dice la tradición que tanto Atenea como Poseidón quisieron tener bajo su protección a la nueva ciudad, y para ello Zeus ofreció un presente a los atenienses, prefiriendo estos el presente de Atenea, un retoño de olivo. Durante las competiciones gimnásticas, los griegos se ungían con aceite de oliva mezclado con ceniza (en una primitiva forma de jabón) que luego se limpiaban usando un artilugio de bronce o cobre llamado estrigilo”, nos recuerda el mencionado sitio web. En la época de la expansión colonial griega, en torno al siglo VII a. C., los griegos llevaron la producción de aceite a Italia.
Los fenicios, el gran pueblo comerciante de la antigüedad mediterránea, llevaron el cultivo del olivo a las costas del sur de la península Ibérica, la actual Andalucía, hacia el siglo XI a. C. Pronto dicha tierra habría de convertirse en una de las principales zonas de producción del “oro líquido”.

Con Roma, el consumo de aceite de oliva llega a los confines del imperio, a las nubladas fronteras de Britania y a las nevadas llanuras danubianas. El comercio del aceite se desarrolló como nunca antes.
El predomino andaluz y jiennense en la producción mundial de aceite de oliva proviene de la época de los establecimientos del Imperio romano en Hispania. “En época romana, la Baética, provincia que coincide básicamente con el territorio andaluz, fue la principal provincia productora de aceite de oliva durante los siglos de esplendor del Imperio romano. En la antigüedad, y en la actualidad, el centro de la producción andaluza se encontraba en el valle del Guadalquivir, si bien entonces el mayor peso recaía algo más al oeste, lo que actualmente es la Provincia de Córdoba y, sobre todo, de la Provincia olivarera por excelencia, la de Jaén”, concluye el portal que historia la oliva, fruto legendario.

En nuestro país, terminando la segunda década del segundo milenio, la historia confluye en el establecimiento Don Alejandro, alquimistas modernos que depositan en las góndolas el mejor aceite de oliva.

Somos Uruguay Revista conversó con Sabrina Zapata, creadora junto a su familia de este emprendimiento, que nació hace ocho años, con su primera hija. Hoy Paloé Juguetes vende a través de redes sociales a clientes particulares y por catálogo digital a diferentes instituciones educativas. También participa en ferias. Ahora busca crecer para poder cubrir la demanda interna y lograr exportar hacia la región, y entiende que Canelones Exporta puede ser una importante plataforma para potenciarse como empresa y seguir proyectándose en el mercado local y más allá de fronteras

Los inicios

Sabrina comenzó su emprendimiento junto a su pareja, hace ocho años, luego de que naciera su primera hija. Querían que tuviera juguetes diferentes, nobles, duraderos, además de didácticos y coloridos. “Allí nos surge la inquietud de buscar nuevos juegos y juguetes que pudieran despertar otro tipo de dinámica, de entusiasmo, y de jugar con otros materiales. Entonces surge el tema de la madera”.

Su compañero es hijo de carpintero, por lo que entiende y aprendió el oficio, y ella estudió bellas artes. Es por eso que comenzaron a crear juguetes de madera pintados con muchos colores. Al principio fue algo casero, para su hija Dzaia, y después decidieron animarse a dar el paso y concretaron una venta en una escuela ubicada en El Pinar, en la que ambos trabajaban, que se caracterizaba por utilizar pedagogía alternativa. “Ahí empezamos a ver las necesidades y las diferentes pedagogías relacionadas a los juegos y los juguetes. En ese momento estaban por abrir un CAIF [Centro de Atención a la Infancia y la Familia] y tuvimos la oportunidad de mostrar lo que estábamos haciendo. Eso fue en el 2014. Luego comenzamos a perfeccionar muchas cosas, gracias a la práctica y la experiencia. Pero ese fue el comienzo oficial, la primera vez que hicimos una producción de diferentes juguetes para una institución, y cuando armamos el primer catálogo, que luego comenzamos a difundir a través de internet y mediante una página de Facebook”.

Desde ese entonces comenzaron a vender a varias instituciones, como centros CAIF, y de forma particular (las dos modalidades de venta que aún conservan). Decidieron dedicarse exclusivamente al emprendimiento. “Fuimos un poco kamikazes, pero queríamos compartir más tiempo con nuestras hijas. En ese entonces la más grande tenía 3 años, y estaba por nacer la segunda. Queríamos trabajar en casa, por eso montamos allí el taller y compramos las herramientas básicas”. El mencionado taller está ubicado en la zona de Neptunia, en donde residen, en la Costa de Oro de Canelones.

Madera y color

Para Sabrina la calidad de la madera no tiene comparación con otros materiales. “Creo que no es solo la calidad y la calidez, sino que genera en los demás eso de volver a la infancia: tiene la durabilidad, tiene ese toque de eterno, tiene el recuerdo, la cercanía, el peso, el olor, la textura. El plástico es solo plástico. La madera tiene como otro peso en lo que genera, tanto en el juego en sí mismo como en lo que genera hacia atrás”.

En sus redes sociales promocionan estos juguetes como generadores de momentos entre niños y entre generaciones, juguetes que dejan recuerdos. Sabrina explica que es algo muy personal y hasta filosófico. “Buscamos que, más allá de los juguetes en sí mismos, lo que se regale sea el momento, el recuerdo, lo que genera el niño jugando con sus pares, el niño jugando con otras generaciones, y los adultos jugando también; y eso genera un momento de compartir. Este tipo de juguetes son como una semilla para esas instancias. Me quedo con eso porque también me lo han transmitido los propios clientes cuando me cuentan sobre las sonrisas, las anécdotas, y eso es lo que les va a quedar; y más allá de todo, para mí eso está buenísimo”.

Sus productos se difunden y comercializan a través de un catálogo digital (que envían por email) y a través de las redes sociales (hoy, además de Facebook, también tienen Instagram), así como también mediante su participación en ferias puntuales, como la Feria Nocturna del Parque Rodó, en donde estuvieron durante cuatro años consecutivos durante diciembre. “Es un mes muy intenso, la feria es como una gran vitrina, es visitada por miles de personas; pero además va más allá de eso, queda el contacto, el boca a boca, no es solo la venta de ese mes”.

Paloé ofrece juguetes de encastre, de arrastre, de ingenio, puzles, cajas de herramientas, módulos de cocina, hamacas y mucho más.

El diseño de los juguetes y la pintura se hace de forma manual. Sabrina y su pareja se inspiran en cosas que ven en internet, en cosas que van necesitando y demandando sus propias hijas, y en juguetes que se usaron durante todos los tiempos, como por ejemplo los zancos, o los baleros, a los que les agregan un toque personal con los colores y el diseño.

El nombre Paloé viene de la canción: “Palo, palo, palo, palo palito, paloé…”. Y para ellos Paloé es madera y color.

Apuntar a la calidad

Sabrina asegura que les fue bien a pesar de ellos mismos, porque entiende que hicieron todo mal en cuanto a seguir un plan de negocios. Dice que no previeron ni proyectaron nada.

Hace tres años se empezaron a “ordenar” en lo que refiere a armar una empresa, un plan de negocios. “Nos capacitamos en Inefop [Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional] con un curso de gestión empresarial y logramos una asesoría técnica durante el año pasado”. Actualmente aportan mediante monotributo, pero quieren armar una pyme con sociedad de hecho, lo que les permitirá contratar gente para trabajar con ellos. “Estamos en ese proceso de comenzar a delegar tareas, que es todo un tema, un aprendizaje nuevo. Yo particularmente estoy empezando a delegar la parte de pintura, que es lo que he venido haciendo todos estos años, para poder pensar en cómo y hacia dónde movernos”.

Tienen asimismo momentos de mayor demanda, como el inicio de clases y mediados de año en lo que refiere a las instituciones; y la temporada de fiestas y el día del niño en relación a los pedidos particulares.

Muchos de sus clientes buscan la calidad antes que el precio. Los juguetes tienen garantía “de hecho” en posventa (si algo se rompe, lo reparan), pero Sabrina está trabajando para diseñar una garantía en papel con un lindo diseño para que sea más fácil de gestionar para los clientes.

Por ahora no se han acercado a jugueterías de plaza, pero sí se les han acercado a ellos varios interesados en revender sus juguetes.

Poder crecer hacia la región

Para crecer necesitan, en primer lugar, invertir en infraestructura. Por un lado, deben ampliar el taller (que funciona en su misma casa), ya que el lugar les está quedando chico y están comenzando a tener problemas para producir y cubrir la demanda, pues no dan abasto. “Tenemos mucho potencial de crecimiento, pero no podemos responder; se ha generado un cuello de botella en cuanto a la producción. Si bien respondemos a la demanda que tenemos hoy, esa demanda está acotada. No hacemos más movimientos para que no haya un desfasaje”. Sabrina dice que tiene un montón de estrategias de venta que por ahora no puede aplicar por dicho motivo.

Por otro lado, deben invertir en maquinaria para la carpintería, destinada en primera instancia a los juguetes más fáciles de seriar, como por ejemplo las hamacas, de manera de que sea más rápida su producción.

Les encantaría exportar para seguir desarrollándose, pero entienden que el primer paso es crecer para lograr cubrir la demanda que hoy tienen en el mercado interno. “Tenemos que mejorar y ajustar todo el sistema productivo sin afectar la calidad del producto, y manteniendo un toque artesanal, que es el valor agregado que hace la diferencia; pero tenemos que ir paso a paso”.

Es por eso que se muestran confiados al integrarse al programa Canelones Exporta, impulsado por Somos Uruguay Educa, con el financiamiento de Inefop y el apoyo de la Comuna Canaria. Actualmente ya venden para todo el país, pero les interesaría mucho el mercado regional también, por una cuestión de similitud cultural. “Ya nos han contactado desde Córdoba, por ejemplo, pero la logística no se concreta. Igual las posibilidades están, y con el apoyo de Canelones Exporta seguramente se pueda concretar”. Entienden que esta iniciativa puede ser una importante plataforma para potenciar Paloé Juguetes y seguir proyectándose tanto en el mercado interno como más allá de fronteras.

El grupo francés Leaders League, que desde hace más de 20 años analiza las decisiones de los principales líderes en los ámbitos financiero y legal en más de cuarenta países, destacó a Quatromanos como la mejor empresa uruguaya en “Comunicación estratégica y gestión de crisis”.

La compañía -que por primera vez incluyó en su evaluación el desempeño de las empresas de comunicación corporativa en los diferentes países evaluados- difundió su ranking anual 2020, en el que Quatromanos figura en solitario en la categoría máxima “Leading” en Uruguay.

Los rankings de Leaders League son elaborados mediante un riguroso estudio y análisis de mercado, en el que se consulta a referentes y profesionales jurídicos, y sirven como guía de los mejores profesionales a nivel internacional en cada categoría. Llevan adelante diversos criterios para su confección, como el reconocimiento y reputación de cada firma, la cantidad y la calidad de los casos llevados por las empresas así como el prestigio y diversidad de los clientes.

“Para nuestra empresa es una gran distinción que los principales estudios jurídicos del país y los profesionales del Derecho más relevantes reconozcan de este modo el liderazgo de Quatromanos en el manejo de situaciones de crisis potencial o declarada. Esta práctica es una de las grandes fortalezas de nuestra empresa y el tener un equipo con sólida experiencia en la gestión comunicacional de estas situaciones representa un diferencial clave para nuestros clientes y quienes, por circunstancias puntuales como una reestructura, una contingencia vinculada a la operativa cotidiana, un siniestro o un conflicto sindical o empresarial encuentran en nuestros profesionales un apoyo sólido y decisivo en momentos difíciles”, señaló el director de Quatromanos, Álvaro Amoretti.

Fundada en 1997, Quatromanos es la empresa de comunicación corporativa líder en Uruguay con una cartera de más de 60 clientes, nacionales e internacionales, a quienes se les ofrece una atención integral en comunicación corporativa con un equipo que incluye periodistas de reconocida trayectoria, especialistas en el diseño y ejecución de estrategias comunicacionales, experimentados consultores en manejo de situaciones potencialmente críticas, y relacionistas públicos.

“En dos décadas hemos manejado casi un centenar de crisis. Y si algo tenemos claro es que ninguna crisis es igual a otra. Hay que entenderlas, hay que escuchar al cliente, hay que trabajar muy estrechamente con los asesores legales del cliente y disponer de un equipo capaz de dar apoyo las 24 horas del día, los siete días de la semana, porque en una crisis no hay horarios, ni fines de semana. Preparamos escenarios, entrenamos voceros, diseñamos estrategias proactivas o reactivas, pero siempre a medida, y acompañamos al cliente en cada una de las diferentes etapas de una crisis. Tenemos la mejor gente y la más capacitada, y una fuerte experiencia manejando crisis de empresas locales y multinacionales”, afirmó Silvina Rocha, directora y socia fundadora de Quatromanos.

Con muy buena respuesta de público el Hospital Británico viene llevando adelante en playas del este la iniciativa Summer School, talleres de Reanimación Cardiopulmonar y Primeros Auxilios, a cargo de especialistas del
CEPRIE (Centro de Prevención e Instrucción en Emergencias).
Los talleres, que se llevan a cabo de 9 a 12 y de 17 a 20 horas y son abiertos al público en general, recorren distintas playas del este, de forma de poner a disposición de la mayor cantidad de público posible, herramientas que pueden salvar vidas en una situación de emergencia.
Tras dos jornadas en La Huella y Playa Mansa, este miércoles los talleres se impartirán en Los Dedos a la mañana y en la Parada 1 a la tarde. El primer domingo de febrero en la parada 30 de La Brava y el sábado 8 en Montoya.
Posteriormente, el dictado de talleres se trasladará a las playas del departamento de Rocha.
Summer School, que capacita a los veraneantes para enfrentar distintas situaciones de resucitación y primeros auxilios que se puedan presentar, es una iniciativa que se enmarca en la política permanente de educación y prevención en salud del Hospital Británico.

El Hospital Británico pone a disposición de toda la comunidad un Centro de Hemodiálisis que asegura a los usuarios, sean o no socios de la institución, los altos estándares de calidad en la prestación de servicios de salud que la caracterizan.

El Centro de Hemodiálisis del Hospital Británico es un Instituto de Medicina Altamente Especializada, denominación validada por el Fondo Nacional de Recursos y que habilita el tratamiento de hemodiálisis a todos los pacientes con insuficiencia renal crónica extrema, sin distinción alguna.

El Centro de Hemodiálisis del Hospital Británico está ubicado en la calle ciudad de Bahía Blanca, a pocos metros del edificio central de la institución, tiene capacidad para 54 pacientes y una dotación de enfermería superior a la recomendada por el Ministerio de Salud Pública.

La atención observa los criterios de excelencia del Hospital Británico y así hace foco en el vínculo con el paciente, en la contención más allá de lo meramente médico.

Los pacientes que deben recibir hemodiálisis tienen el derecho de elegir el IMAE donde se quieren tratar. Los criterios que priman en la elección tienen que ver con muchos aspectos, tanto objetivos como subjetivos, como la distancia o cercanía del paciente con el IMAE, la pertenencia a una institución y/o la confianza que le genera el lugar al que concurrirá varias veces por semana.

Domingo, 22 Diciembre 2019 21:00

Nº 84 | Diciembre de 2019

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El BPS y la inclusión digital
Computadoras adaptadas a cada necesidad

16 

María Elisa Areán, directora del MAM
Mirar, tocar, probar, saborear, aplaudir
y compartir; todo bajo un centenario techo

20

Javier Royer, coordinador de Museos en la Noche
100.000 personas disfrutaron de su 15a edición

 

38

Dahiana Silva, coordinadora de la sede en Fray Bentos de la Universidad Tecnológica del Uruguay
Nueva carrera, Ingeniería en Logística

 

42

Julio Filippini, director de la Agencia
de Promoción a la Inversión canaria
Empresas + inversiones = empleo en nuestro país

 

58

Alejandro Quincke, director de Purificadores Uy
Solución final (y económica) al problema
de la calidad del agua

74

Los emocionantes reencuentros que se dan en el Aeropuerto de Carrasco en esta especial época del año son los protagonistas de la nueva campaña de Navidad de la terminal.

Con su iniciativa “Postales de Navidad” el aeropuerto hace un emotivo  homenaje a los diez años de reencuentros que se han vivido en la terminal.

Un equipo de fotógrafos capturó ese instante único y auténtico que se da cuando un pasajero que vuelve a Uruguay se funde en un abrazo con sus seres queridos a su arribo al país. Esas fotos se convirtieron en postales que se regalaron a los protagonistas para hacer posible que el recuerdo de ese instante dure para siempre.

Abrazos, besos y lágrimas de emoción fueron capturados y esa experiencia se convirtió también en un conmovedor video, que se puede ver en el canal de Youtube del Aeropuerto.

Las postales, que se pueden encontrar en www.postalesdenavidad.uy, también fueron utilizadas para decorar el gran árbol de Navidad que se colocó en el hall de Arribos de la terminal.

Los pasajeros además fueron sorprendidos con villancicos interpretados por el Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles del Uruguay que ambientó los reencuentros y sumó más emotividad a la experiencia. 

La campaña Postales de Navidad es una nueva iniciativa de la terminal, que este año cumplió su décimo aniversario, para seguir sorprendiendo a pasajeros y visitantes.

Lunes, 09 Diciembre 2019 21:00

Nº 83 | Noviembre de 2019

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Víctor Rossi, ministro de Transporte y Obras Públicas
Casi 3.700 kilómetros de red vial intervenida
y el inicio del Ferrocarril Central

Línea de Encuentro logística
Complejidad e importancia del tránsito
en nuestro país

12

Marcelo Peroni, de UCM
Todo a la mano con tres clics en portal.ucm.com.uy

26

Canelones Exporta
La apuesta de Somos Uruguay Educa
que ya dio frutos

48

Feria de la Construcción
Unas 42.000 personas visitaron
la Rural del Prado en el evento bianual

64

Ta-Ta celeste
La empresa más oriental que nunca se convirtió en sponsor oficial de las selecciones uruguayas de fútbol

70
Lunes, 25 Noviembre 2019 21:00

40 años de Campiglia Construcciones

El pasado miércoles 20 de noviembre se celebraron los 40 años de Campiglia Construcciones con la inauguración de la muestra de arte de Miguel Á. Battegazzore en Estrellas de Sur.

La exposición “El molinete y la entropía” refleja la emblemática carrera y formación del artista, que pudieron apreciar las más de 250 personas que acompañaron.

Clientes, proveedores, socios, autoridades y amigos compartieron unos deliciosos bocados dulces de Me gusta Te gusta y brindaron con un espumante champagne Freixenet.

El local en Estrellas del Sur de más de 1050 metros se prestaba para hacer esta muestra, el hormigón da la idea de un taller en el cual el artista va a estar pudiendo explicar a quienes lo deseen sus trabajos y la historia de las formas y el color que desarrolló a lo largo de su carrera. En la exposición se encontraban algunos de sus cuadros, dibujos, proyectos, estudios de esculturas y color, réplicas en miniatura y esculturas.

Battegazzore es amigo de la casa y hasta fue maestro en algunas clases de Eduardo Campiglia, sus esculturas están en varios de los proyectos de la empresa. La escultura principal de la muestra, El Molinete, va a estar frente al edificio Lyra y va a ser un ícono de la rambla de Montevideo.

No había mejor manera de celebrar los 40 años que con un aporte cultural y educativo para que el artista deje un legado más en la historia de nuestro país.

El querer colaborar con la cultura y el arte va de la mano con el sentimiento de responsabilidad social de Campiglia, que busca mejorar la calidad de las personas y contribuir con el diseño de la ciudad.

Para poder visitar la muestra se tiene que coordinar previamente al 26191010 int. 140.

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